till I’d followed through my upfielded neviewscope the
rugaby moon cumuliously godrolling himself westasleep amuckst
the cloudscrums for to watch how carefully my nocturnal goose-
mother would lay her new golden sheegg for me down under in
the shy orient.
Hasta que yo pudiera seguir con mi telesnoviscopio a la luna, y viera cómo ese balón de rugby rodaba hacia el oeste del sueño entre las meleés de nubes y ver con cuánto cuidado mi madre gansa nocturna ponía los nuevos huevos dorados suyos para mi bajo el cielo oriental.
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