He fell for my lips, for my lisp, for my lewd speaker. I felt for
his strength, his manhood, his do you mind? There can be no
candle to hold to it, can there? And, of course, dear professor, I
understand. You can trust me that though I change thy name
though not the letter never while I become engaged with my
first horsepower, masterthief of hearts, I will give your lovely
face of mine away, my boyish bob, not for tons of donkeys, to
my second mate, with the twirlers the engineer of the passio-
flower (O the wicked untruth! whot a tell!
Él cayó por mis labios, por mi ceceo, por mi lengua lasciva. Yo caí por su fuerza, su hombría, su masculinidad, su te importa? No puede haber candelabro que lo sujete, no? Y por supuesto, querido profesor, entiendo. Confía en mi, aunque cambie tu nombre si bien no la letra nunca mientras yo esté liado con mi caballo a vapor, reyladrón de corazones, delataré esa cara que se parece a mí, mi pueril bob, ni por toneladas de burros, a mi otro compañero, con esos giros de los ingenieros de la flor de la pasión (O Maldita no verdad! qué cuento!
Deja un comentario