But the strangest thing happened. Backscuttling for the hop
off with the odds altogether in favour of his tumbling into the
river, Jaun just then I saw to collect from the gentlest weaner
among the weiners, (who by this were in half droopleaflong
mourning for the passing of the last post) the familiar yellow
label into which he let fall a drop, smothered a curse, choked a
guffaw, spat expectoratiously and blew his own trumpet.
Pero algo de lo más extraño ocurrió. Tomando carrerilla para dar el salto con todo a favor para tirarse al río, vi yo entonces a Jaun elegir una plañidera de entre las plañideras (quienes por esta razón doblaban su cuerpo al llorar la partida de la última carta), el sello familiar amarillo en que vertió una lágrima, reprimió una maldición, ahogó una carcajada, escupió expectorante e hizo sonar su trompeta.
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