Numerous are those who, nay, there are a dozen of folks still
unclaimed by the death angel in this country of ours today,
humble indivisibles in this grand continuum, overlorded by fate
and interlarded with accidence, who, while there are hours and
days, will fervently pray to the spirit above that they may never
depart this earth of theirs till in his long run from that place
where the day begins, ere he retourneys postexilic, on that day
that belongs to joyful Ireland, the people that is of all time, the
old old oldest, the young young youngest, after decades of
longsuffering and decennia of brief glory, to mind us of what
was when and to matter us of the withering of our ways, their
Janyouare Fibyouare wins true from Sylvester (only Walker
himself is like Waltzer, whimsicalissimo they go murmurand)
comes marching ahome on the summer crust of the flagway.
Son muchos, digo, son docenas de gentes, a las que aún hoy no ha llamado el ángel de la muerte de esta tierra nuestra: humildes e indivisibles del gran continuum, sobrecargardos con el señor peso del destino, pero entreverados de este mundo accidental; son muchos que, mientras haya tiempo y días y horas, pedirán fervorosamente al espíritu no dejar este mundo hasta que, en sus largas carreras desde ese lugar donde nace el día, y antes de retornar al postexilio, llegue el día de la alegre Irlanda, cuando vengan las gentes de todos los tiempos, los viejos más viejos de los viejos, los más jóvenes de los jóvenes jóvenes, después de décadas de dolor y decenios de breve gloria, para recordarnos de lo que entonces fueron y para preocuparnos con la decadencia de nuestras formas, sus Enerofebreros emergen de su San Silvestre, (solo el mismo Walker camina como el Vals, como por antojo y murmurando), y venga marchando a casa cuando llegue la señal del verano
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