He was immense, topping swell for he was
after having a great time of it, a twentyfour hours every moment
matters maltsight, in a porterhouse, scutfrank, if you want to
know, Saint Lawzenge of Toole’s, the Wheel of Fortune, leave
your clubs in the hall and wait on yourself, no chucks for wal-
nut ketchups, Lazenby’s and Chutney graspis (the house the once
queen of Bristol and Balrothery twice admired because her
frumped door looked up Dacent Street) where in the sighed of
lovely eyes while his knives of hearts made havoc he had re-
cruited his strength by meals of spadefuls of mounded food, in
anticipation of the faste of tablenapkins, constituting his three-
partite pranzipal meals plus a collation, his breakfast of first, a bless
us O blood and thirsthy orange, next, the half of a pint of becon
with newled googs and a segment of riceplummy padding, met
of sunder suigar and some cold forsoaken steak peatrefired from
the batblack night o’erflown then, without prejuice to evectuals,
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came along merendally his stockpot dinner of a half a pound or
round steak, very rare, Blong’s best from Portarlington’s Butchery,
with a side of riceypeasy and Corkshire alla mellonge and bacon
with (a little mar pliche!) a pair of chops and thrown in from the
silver grid by the proprietoress of the roastery who lives on the
hill and gaulusch gravy and pumpernickel to wolp up and a
gorger’s bulby onion (Margareter, Margaretar Margarastican-
deatar) and as well with second course and then finally, after
his avalunch oclock snack at’ Appelredt’s or Kitzy Braten’s of
saddlebag steak and a Botherhim with her old phoenix portar,
jistr to gwen his gwistel and praties sweet and Irish too and mock
gurgle to whistle his way through for the swallying, swp by swp,
and he getting his tongue arount it and Boland’s broth broken
into the bargain, to his regret his soupay avic nightcap, vitellusit,
a carusal consistent with second course eyer and becon (the rich
of) with broad beans, hig, steak, hag, pepper the diamond bone
hotted up timmtomm and while’twas after that he scoffed a drake-
ling snuggily stuffed following cold loin of veal more cabbage and
in their green free state a clister of peas, soppositorily petty, last.
P.S. but a fingerhot of rheingenever to give the Pax cum Spiri-
tututu.
rnavarrete dice
1-¡Qué comilona! El desayuno de Bloom es una tapita al lado de esto. Y por qué come tanto Shaun? ¿Quién puede hacer una lista?
2-Si te sientes sola leyendo FW, recuerda que no lo estás, hay mucha gente, por ejemplo este blog:
Finnegans, Wake!
(you have nothing to lose but your chains)
Macarena Martín Martínez dice
Menú del día (o de la noche…awake):
• Nueces y kétchup
• Verduras con uvas condimentadas
• Pomelos
• Pintas, cervezas, sidras, vino que da la risa (gwen= wine+smile), y sueño (nightcap)
• Huevos
• Rico arroz y algo que se parece al arroz
• Pudding de Yorshire con bacon
• Azúcar
• Carne en todas sus formas: filetes, kilos de esta (pounds), trozos de carne y de carne de cabra a la parrilla, pollo, lomo…
• Sopa en grandes ollas
• Gravy (salsa típica inglesa), también se incluyen comidas y términos típicamente irlandeses y escoceses. En efecto, la comida es uno de los pilares de la cultura de cualquier nación. Como podemos observar el menú es bastante ecléctico, quizás con la idea de reflejar ese europeísmo que Joyce anhelaba frente al nacionalismo narcisista de Irlanda, del cual ya hemos hablado en otras entradas.
• Pan para mojar
• Cebolla
• Manzanas
• Snacks
• Sándwiches
• Patatas dulces
• Pimientos
• Repollo y guisantes
• Pescado relleno de carne picada (“inyectado” como un supositorio, aunque esto es más típico de los pavos)
Todo esto (en combinaciones un poco extrañas, quizás por no romper con “el mood” de FW, o por la idea de la “europeización”) a cantidades industriales. Son varias las veces que se repite las indigestas cantidades de comida: cantidades que abarcan palas en vez de cucharas; montañas de comida; un festín compuesto de almuerzo, merienda, cena y algo más; que la comida inunde a los comensales y que éstos coman sin prejuicios por los posibles resultados de tal glotonería. También se hace referencia a que dicho festín es gratis, y todos sabemos, que a cero costes la capacidad el estómago se duplica, pura matemática. Tanta es la comida que hay que algunos platos quedan abandonados. Se usa el término “forsaken” para hablar de estos platos olvidados que es precisamente el término que Jesús usó estando crucificado: “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, de manera que el elemento religioso es introducido una vez más.