The Gracehoper was always jigging ajog, hoppy on akkant
of his joyicity, (he had a partner pair of findlestilts to supplant
him), or, if not, he was always making ungraceful overtures to
Floh and Luse and Bienie and Vespatilla to play pupa-pupa and
pulicy-pulicy and langtennas and pushpygyddyum and to com-
mence insects with him, there mouthparts to his orefice and his
gambills to there airy processes, even if only in chaste, ameng
the everlistings, behold a waspering pot. He would of curse
melissciously, by his fore feelhers, flexors, contractors, depres-
sors and extensors, lamely, harry me, marry me, bury me, bind
me, till she was puce for shame and allso fourmish her in Spin-
ner’s housery at the earthsbest schoppinhour so summery as his
cottage, which was cald fourmillierly Tingsomingenting, groped
up.
rnavarrete dice
Comienza la fábula de la cigarra y la hormiga. ¿Qué te suena?
Macarena Martín Martínez dice
Lo primero que reconocemos en esta versión de la fábula es a la cigarra (“grasshopper”) que aquí se llama “Gracehoper”. De esta manera, Joyce hace un reverso de roles con respecto a la fábula originaria de Esopo. En la fábula griega la cigarra es considerada como el ejemplo que no se ha de seguir, ya que como consecuencia de estar todo el día cantando en verano (en vez de trabajando como hace la hormiga) en invierno no tiene comida.
Sin embargo, Joyce decide llamarla “Gracehoper” que alude a dos palabras: “grace” (gracia) y “hope” (esperanza). Estas dos palabras son claramente positivas y tienen además una clara relación con la moral cristiana (aunque ya sabemos la relación de Joyce con el catolicismo que es un poco como la del perro del hortelano: que ni come, ni deja comer).
Más adelante, cuando vayamos avanzando en la fábula expondremos posibles teorías de por qué Joyce decide llamar así a la cigarra. Quizás tenga algo que ver con la identificación del propio autor con este insecto como se deja entrever con la palabra “joycity”, que no sólo hace referencia a lo feliz (“joy”) que era el saltamontes dando brincos de aquí a allá, sino también al propio “Joyce”.
Otra cosa que merece mención en este fragmento es la alusión a Vico y las cuatro fases de su ciclo (hunder, marriage, burial, ricorso) con la frase “harry me, marry me, bury me, bind me” ¡y que ya aparece anteriormente haciendo gala del ciclo “”hunter become fox; harrier, marrier, terrier, tav” [132.17].