Joyce, escritor sevillano
“Not Rose, Sevilla nor Citronelle” (FW 223. 6)
Los que vivimos en Sevilla tenemos suerte con Joyce, ya que el sábado pasado pudimos celebrar en compañía de otros aficionados el Bloomsday. Por segundo año consecutivo, esperemos que se convierta en algo para muchos más, varias personas organizaron el Bloom’s Day (sic) en la capital de Andalucía. Incluimos las notas de prensa aparecidas en la mayoría de los diarios y parte del folleto que se podía recoger en la Diputación de Sevilla. Que cada cual, tras leerlas, opine lo que crea más conveniente o lo que le interese. De todos modos, con la de cosas que pasan en esta ciudad en la época, es curioso que Joyce ocupara una página en la mayoría de los periódicos.
Fue interesante escuchar fragmentos de Ulysses o de Ulises en boca de personas que, es típico de los que nos dedicamos a esto, no tienen nada que ver con la universidad. Quizá el hecho de la publicidad en la prensa haya hecho que algunos se tuvieran que quedar de pie, y dificultó lo de pillar una cerveza gratis en el pub irlandés después. Pero estuvo muy bien, en suma.
Lo cierto es que Joyce es un autor que está unido a Sevilla desde hace tiempo. Hagamos, de memoria, con lo que podré equivocarme, un repaso de acontecimientos:
-Es en Sevilla donde se celebró el primer congreso sobre Joyce en el Estado Español. Fue allá por 1982 y los que tenemos las actas, a falta de edad para haber asistido, nos asombramos de leer los artículos de algunos de los nombres más prestigiosos sobre el tema.
-Es también en Sevilla donde el servicio de publicaciones de la Universidad ha publicado tres monografías sobre el autor.
-En esta ciudad se gestó y fundó la Asociación Española James Joyce, a la que represento como redactor de su página web oficial. (Es absurdo esto de oficial, pues no nos van a salir apócrifas como en las de los cantantes). La guinda de la Asociación, fue también en Sevilla, pues un servidor, que entonces estaba en el paro, profesión muy sevillana, y tenía tiempo para eso, consiguió el registro de la misma y el CIF en la Delegación de Hacienda principal de esta ciudad.
-Esta ciudad tuvo el honor de ser anfitriona de uno de los congresos internacionales más importantes de Filología Inglesa del mundo, el dedicado a James Joyce. Hay quienes tienen su ídolo en la persona de Gastón Casas, N. Olivera o Alejandro Sanz, pero para un joven aspirante a filólogo como yo, mis ídolos eran Fritz Senn y Bernard Benstock. Y fue en mi ciudad donde tuve la oportunidad de hablar con ellos. Un poco más tarde, me emocioné al ver una foto de la Giralda en el James Joyce Quarterly, como otros se emocionan al ver a su hijo vestido de nazareno o a su hija casándose en la capilla de la Virgen de los Reyes.
-Si veis las secciones de publicaciones, así como los programas de los “Encuentros” en esta página, veréis como los miembros del “Grupo de Investigación James Joyce” de la Universidad de Sevilla le ganan en número a ponentes y estudiosos de otras localidades.
-En la Universidad de Sevilla se han presentado varias tesis,–a ver si la próxima es la, cuando no hay talento, no hay, chapuza que estoy preparando–, y se han llegado a impartir en el mismo año hasta dos cursos de doctorado sobre este autor. Además, aunque no sé mucho de los nuevos planes de estudio, dudo que haya habido un curso monográfico de doctorado sobre Finnegans Wake en otra universidad española.
-También en Sevilla se realizó la única traducción creíble del capítulo “Ana Livia Plurabelle” y se ha traducido muy bien Ulises.
-Por último, esta página web se ha gestado en Sevilla y, pese a algunos amables y eficaces ofrecimientos, me ocupé de que saliera en Sevilla, aunque esperamos colaboración de otros lugares.
En definitiva, que la relación de Joyce con Sevilla es muy grande. Y si leéis los artículos de abajo, veréis que es mayor, aunque todavía, como trianero que soy, espero que Paco Tortosa me explique eso de que Dublín tiene relación con mi barrio y no con Sevilla. Pues lo que faltaba, que si los dublineses tienen la Guinness, los sevillanos tenemos la Cruzcampo. Y aunque a los onubenses no les gustamos demasiado los nativos de la ciudad más importante del sur de España, el año que viene en los “Encuentros James Joyce” a celebrar en su joven Universidad, los amantes de la cerveza vamos a beber Cruzcampo, que para eso soy yo uno de los organizadores. No sólo tenemos a San Fernando, sin el cual nos hubiéramos quedado sin Semana Santa, o tenemos la Feria, el Cristo del Gran Poder, la Giralda o la vista del Guadalquivir que se retrata en el Tenorio, sino que también tenemos a Joyce. A lo mejor otro aspirante a alcalde imita el vídeo de un conocido alcaldable y sitúa a Paquita Rico, Juanita Reina o a Isabel Pantoja paseándose por la calle Sierpes y al encontrarse con nuestro escritor le dice: “Joyce, miarma….”
Así, cuando nos visiten nuestros descastados hermanos andaluces, tendremos otro motivo para sacar la pancarta que se vio en el único estadio terminado y útil de esta ciudad fundada, según queremos creer, por Hércules y Julio César: “Vuestra envidia es nuestro orgullo”.
Como no he estado todavía en Dublín, no sé si se parece tanto a Sevilla como dicen los intelectuales. Pero yo también encuentro similitudes entre localidades. A mí, por ejemplo, me recuerda el pueblo sevillano de Arahal a la ciudad de Michigan de Ann Arbor: no son capitales, en las dos localidades hay tontos y cornudos y en las dos me trataron mal. Y, por si esto fuera poco, en las dos hablé de Joyce.
Como cada uno es libre de pensar y decir lo que quiera, no voy a desdecir a nadie, pero sí voy a decir lo que pienso. Con lo que Joyce tiene relación es con la Universidad de Sevilla. Y todo viene del momento en el que un profesor que estaba en Santiago, se vino a Sevilla a ocupar una cátedra, algo impensable con el sistema de acceso que rige hoy en día. Y como es un catedrático al que la gente hace caso, no como a otros a los que todos conocemos, pues sembró una semilla que está germinando, y a las pruebas me remito, ahí están los actos y publicaciones. Si se hubiera quedado en Galicia, cuestión que le encantaría a muchos, como al catedrático de Filología Inglesa de La Coruña Antonio R. de Toro, el noventa por ciento de las cosas que se han hecho en Sevilla, se habrían hecho en Galicia. Y, por motivos que no vienen al caso, habría bastante más libros y artículos.
Este señor, que, habrán adivinado, es el Doctor García Tortosa, no es ni sevillano siquiera, sino que es de un pueblo que no voy a nombrar para que así lo busquen en la traducción del capítulo de Finnegans Wake. Y de todo lo que se ha hecho aquí en Sevilla, si no me equivoco, sólo tres somos sevillanos. Y de esos tres, sólo yo, que yo sepa, salgo de nazareno, soy socio de una caseta de Feria, aunque no voy, leo los libros de leyendas sevillanas y he representado a mi Hermandad en la procesión del Corpus.
Pero pese a todo, Sevilla–su universidad lleva ese nombre–seguirá produciendo sobre Joyce. Y si los gallegos, alicantinos, alcalaínos o jiennenses pueden, que nos cojan. Por lo menos a ellos, como no están en esta ciudad, no los despreciarán. ni les ignorarán, ni les dificultarán la labor.
Rafael I. García León (Bloomsday 2001)